El teatro de Moreto fue uno de los más representados en su época, tanto en corrales de comedias como en palacio, en especial en los años cincuenta del siglo XVII, que son el momento álgido de su producción dramática. El ritmo de los estrenos se aminoró en torno a mediados de los sesenta, decreciendo tras su muerte en 1669. Pero del estudio de la cartelera madrileña del siglo XVIII, se desprende que las ‘comedias viejas’ de Moreto, es decir las ya estrenadas con anterioridad, se repusieron a menudo en los corrales de comedias de Madrid junto a las de Calderón, Matos Fragoso, Diamante y Rojas Zorrilla, cuando las de Lope de Vega tuvieron un notable descenso de puestas en escena por un cambio de estética.
Si dejamos a un lado el éxito indiscutible de El desdén, con el desdén, con 112 representaciones durante el siglo XVIII, cifra superior, por tanto, a las 66 puestas en escena de La dama duende de Calderón en el mismo periodo, vemos que se representaron con continuidad comedias que hoy nos resultan prácticamente desconocidas, como De fuera vendrá quien de casa nos echará, con 59 representaciones en el Madrid del XVIII, Primero es la honra con 37 puestas en escena, ambas por encima de El lindo don Diego, que se pudo ver 18 veces, Trampa adelante en 30 ocasiones o La fuerza de la ley, con 14 representaciones. Junto a ellas, el público madrileño de aquel siglo puedo ver El licenciado Vidriera y No puede ser el guardar una mujer. También fueron muy bien recibidas por el público dieciochesco algunas de las que compuso en colaboración con otros dramaturgos, como El mejor Par de los doce, El príncipe perseguido o La fuerza del natural.
Solo entre 1708 y 1719 se representaron 17 comedias moretianas en un total de 213 representaciones, con una asistencia media por actuación de 334 espectadores, y 4 de sus comedias figuran bien situadas entre las 42 obras más representadas en Madrid, lo que viene a corroborar la aceptación de Moreto como autor barroco. Las puestas en escena se desplazaron también a otras provincias y tenemos noticias de varias representaciones de Antíoco y Seleuco, La fuerza de la ley, El poder de la amistad y Lo que puede la aprehensión en Valencia ese siglo, así como de esas tres últimas obras en Barcelona y Sevilla. Otras como La fuerza de la ley y Lo que puede la aprehensión se vieron también ese siglo en Valladolid.
La producción de Moreto en los escenarios se redujo en el siglo XIX, si bien sabemos que hubo en torno a una decena de puestas en escena de Trampa adelante y otras tantas de El lindo don Diego, además de algunas de otras comedias, como San Franco de Sena. Estas producciones se pudieron ver en lugares alejados de los grandes centros de teatro, como Toledo, las Palmas de Gran Canaria, León, Pontevedra y Ferrol, por citar algunos lugares.
También ese siglo vio su internacionalización. Además del Patio de las Arcas de Lisboa, donde se representó Lo que puede la aprehensión y muchas otras, tenemos también noticias de su difusión en América y, en especial, en México. Solo en las temporadas de 1790 a 1792 se representaron en el Coliseo Nuevo de la capital novohispana 21 títulos de Moreto, incluidas 4 obras escritas en colaboración. Entre los primeros, destacó El desdén, con el desdén, seguida por Antíoco y Seleuco, Trampa adelante y Lo que puede la aprehensión. Comedias como El poder de la amistad se vieron, además de en México, en Lima, Callao, Potosí y La Habana.
En los siglos XIX y XX, se han representado 29 obras individuales de Moreto y se han producido 3 montajes colectivos en los que se pudo ver también piezas teatrales breves. Tras Lope, Tirso y Calderón, Moreto es uno de los autores más veces representado en este periodo: sobresalen los 19 montajes de El lindo don Diego, seguidos a notable distancia de los 4 de El desdén, con el desdén, 3 de De fuera vendrá y 1 de No puede ser el guardar una mujer. El conjunto es interesante, pero nuevas puestas en escena esperan a obras de estupenda calidad, todavía desconocidas por el público, entre las que cabe citar Trampa adelante, Lo que puede la aprehensión y El poder de la amistad.